Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se celebrará el próximo martes, 3 de diciembre, Fundación Randstad quiere poner de relieve la situación de las personas con discapacidad mediante este análisis en el que se evidencia un estrecho vínculo entre la participación en el mercado laboral y el crecimiento de la renta media. De hecho, este informe también refleja que la renta media de las personas con discapacidad crece un 28 % en el mismo periodo.
En concreto, se observa en el estudio que el salario medio en 2022 se situó en 13.357 €, un incremento que supera en cuatro puntos a la tasa de crecimiento del resto de la población que fue del 24% respecto a 2015.
Sin embargo, desde Fundación Randstad han apuntado que, a pesar del dato positivo, la renta media de las personas con discapacidad se sigue manteniendo por debajo de la de personas sin discapacidad, cuando “un salario adecuado es esencial para cubrir las necesidades de las personas, evitar riesgos de pobreza y favorecer la integración de todos en la sociedad independientemente de su condición”, tal y como ha apuntado la directora de Fundación Randstad, María Viver.
De hecho, el estudio revela que el número de personas con discapacidad en riesgo de pobreza medido por el índice Arope muestra una tendencia creciente desde 2015 hasta 2018 manteniéndose en torno al 35,4 %. Es a partir de 2021, cuando se observa un cambio de esta tendencia ascendente observando una importante disminución de la tasa hasta alcanzar el 30% en 2022. Así, 1 de cada 3 personas con discapacidad están en riesgo de pobreza, lo que a juicio de la Fundación Randstad sigue siendo un número muy elevado.
En este sentido, Viver recalca “que el hecho de que el 30% de las personas con discapacidad se encuentren en riesgo de exclusión pone en evidencia que es necesario seguir avanzando en reducir estos riesgos y tener en mente el pilar europeo de los Derechos Sociales y la Agenda 2030, que han permitido establecer el marco temporal en el que los países y las sociedades se han de desenvolver para lograr este objetivo. Es esa la referencia que debemos tener para conseguir disminuir la brecha económica entre las personas con y sin discapacidad”.
Por último, recuerda que la Taxonomía Social Europea es una buena guía en la que las empresas pueden apoyarse para cumplir con el objetivo de contribuir a mejorar el nivel de vida y el bienestar de las personas, facilitando con ello el avance de los objetivos de la Agenda 2030.